El precio de la vivienda sufrió un fuerte ajuste durante el
último trimestre del año, alcanzando una caída superior al 11% en la
comparativa anual, gracias al fuerte descenso de los pisos de segunda mano. Se trata, según las cifras que maneja el Instituto Nacional de
Estadística (INE), del mayor retroceso desde que arrancara la crisis
económica.
Los expertos achacan esta caída al impacto de la sequía del
crédito en las ventas, al efecto del fin de las deducciones fiscales
durante el año pasado (que desaparecieron el 1 de enero de 2011 y que
ahora acaba de recuperar el Gobierno de Mariano Rajoy) y a la fuerte
rebaja de los precios que están aplicando algunos propietarios a las
viviendas de segunda mano. También esperan que los precios sigan bajando
durante los próximos meses.
Los precios de la vivienda comenzaron a descender en
el tercer trimestre del año 2008, según las estimaciones del INE.
Iniciaron entonces un proceso casi ininterrumpido de ajuste -sólo
subieron un 0,2% en el segundo trimestre de 2010-, aunque las
estadísticas nunca habían recogido una caída tan pronunciada como la de
los últimos tres meses del año pasado (-10,5%). Nunca antes durante la
crisis el retroceso había sido de dos dígitos en el Principado. La mayor
bajada anterior se había producido en el segundo trimestre del año
pasado (-6,7%).
Según las cifras que ayer divulgó el INE, la vivienda nueva
sufrió un recorte en sus precios en la región del 8,4%, mientras que la
usada cayó un 14%. Cataluña, Madrid y La Rioja concentraron la mayor
bajada de los precios en España.
Los agentes de la propiedad inmobiliaria mostraron
ayer su desacuerdo con los datos del INE. Su último estudio sobre la evolución de los
precios de la vivienda no refleja una caída tan abultada
como las del organismo estadístico. Según adelantó, tales descensos
obedecen principalmente a la caída que están experimentando los pisos de
segunda mano. «Hay algunos concejos en los que los precios de los pisos
nuevos está comenzando a subir de nuevo».
Según el análisis de los agentes inmobiliarios,
«el problema es que no se venden pisos». Y afirma estar preocupado por
la posibilidad de que los bancos comiencen a aceptar la dación en pago.
«Las entidades financieras nunca van a perder dinero y esto supondría
que para las nuevas hipotecas cambiaras las condiciones y, por ejemplo,
se pasara de financiar el 80% del valor del piso al 60%».
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